jueves, 20 de diciembre de 2007

When I...

Cuando no se Nada de Ti...


si no se nada

como podre defenderme?
si no se nada
como podre distinguir tus formas?
en la inconciencia
el tiempo se deforma
menuda coincidencia
con la vida
absurda y desbordada

el saber me da valor
y la vida experiencia
para enfrentar tu sabor
y lamentar tu ausencia
no debe haber
mas cruel deseo
que el de querer sufrir
el dolor entero
de conocer tu vida
y todos tus sentimientos

una roja locura
ha enfermado mis sentidos
una simple ternura
no sera antidoto
la pasion desbordada
no tiene una sola cara
esta la deliciosa
y tambien la desolada

una fuerza que me aplasta
contra una pared de agujas
las flores que en mi descansan
mueren en su punta
pero, cual lazaro
despiertan a la noche
reuniendo sus pedazos
callando reproches

ni todas mis verdades
podran compararse con la tuya
ni muchas vidas
podran tomar ninguna
no puedo hacer nada
para fabricar una sonrisa
pero al menos se crear
algun barco que se desliza
hacia algun mar de felicidad

como locomotora ciega
mis acciones han dañado
aquella copa de cristal
y admito, me he equivocado
siendo humano soy erroneo
es mi gran arrepentimiento
tan solo pido perdon
por todo este sufrimiento

pero esto no se acaba
ni con el mayor de los dolores
hay que correr todavia
por mas que no me perdone
puedo rezar por el fin
a demonios y dioses
pero nada en el mundo
callara estas voces

al fin y al cabo, la vida sigue...

sábado, 1 de diciembre de 2007

Skull Grin

Milagrosamente, logre terminar un cuento (por ahora sin titulo) que estaba escribiendo desde hace como un mes. Honestamente, no me convence del todo... pero bueno, el primero que escribí tampoco, y aún así terminó posteado. En fin, a lo importante:



"Debería dejar de fumar..."
Mientras daba una nerviosa y profunda pitada, terminaba de cortar las últimas malezas de su patio. Si bien ahora está de vacaciones, odia su trabajo actual, en el cual está bajo tanta presión que lo único que hace al volver a su casa es dormir. Su vecino miraba, jocosamente. "Deberías comprarte una podadora, Jones", le decía todos los años, cuando veía que se dedicaba (por fin) a su descuidado jardín.

- La tuya parece una casa abandonada.

- Al menos no van a intentar asaltarme como a uno que yo conozco...

-Dedicándole una sonrisa a Jones- No es mi culpa el haber elegido la casa más linda del barrio...

Secándose el sudor de la frente, apaga la gastada colilla en el camino de concreto que recorre el jardín desde la acera hasta la casa. Ya no pensaba contestarle. Una vez que se encendía su egolatría, no había forma de pararlo. Volvió adentro, ignorando el saludo de su vecino. Se lavó las manos y, mientras encendía otro cigarrillo, pensó "No tengo que salir de nuevo".
En verdad odiaba salir. El ver su descuidada casa le recordaba el por qué estaba así, y también todo lo que tenía que hacer para refaccionarla. Estas vacaciones quería descansar de verdad, no anotarse en otro trabajo, más duro y peor pago. Además, su vicio causó que cualquier actividad física le costara el doble. Esa noche se la pasó haciendo una extensa lista de víveres, artículos de higiene, cigarrillos, medicinas y cualquier otra cosas que sea necesaria para aislarse un mes entero, ya que eso era lo que tenía planeado hacer.

Mientras comenzaba a cocinar la ultima comida fresca que iba a comer en el mes, Jones se sorprendió brevemente al encontrarse en una rutina. La suya consistía en despertarse, bañarse, tomar su desayuno mientras observa en silencio a su vecino cortar pulcramente el pasto de su patio, leer uno o varios libros (había resignado su televisión, ya que sentía que verla era prácticamente lo mismo que contaminarse del exterior en vivo y en directo), esperar la cena, cenar e irse a dormir temprano, solo para despertarse al día siguiente, y reiniciar el ciclo. Consideraba que las rutinas eran parte intrínseca del ser humano, ya que en una situación hostil o inesperada, aun le daban seguridad. Esas pequeñas estructuras... quizá era lo único que evitaba que traicionara su palabra y saliera corriendo de su casa, como intentando escapar a su auto-impuesto encierro.

El ocio mueve el cerebro, o lo duerme. No teniendo más preocupaciones que comer y dormir, buscaba filosofar acerca de la vida. Pero algo se lo impedía. ¿Acaso era demasiado esfuerzo, o la absoluta seguridad es como la muerte? Da una larga pitada mientras recuerda una vieja canción que suele escucharse en la radio, aquella que no va a encender “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. La seguridad aburguesaba, la rutina inhibía. Quizás, al no tener de qué preocuparse, no hace falta saber tanto.

Otro nuevo día dentro de su exilio. Enciende un cigarrillo en su boca y mira la mesa ratona del comedor. Junto al cenicero rebozante de colillas descansan varios libros leídos por la mitad. No tenía ganas de terminarlos. Jones se asoma por la ventana, expectante. La peculiar inclinación de la calle con respecto a la casa solo le permitía ver el patio frontal de su vecino. Hacia varios días (¿Muchos? ¿Pocos?) que no lo veía salir para emprolijar su elegante jardín, que ya daba muestras del descuido. Casi como el que Jones le daba al suyo.

Esa noche no pudo dormir. Los sonidos de la calle eran perturbadores. Más bien, la falta de ellos. Un silencio espectral envolvía la noche, y Jones, cuya figura apenas se distinguía gracias a las ascuas de su cigarrillo, se angustiaba. Su vecino no había aparecido en todo el día. Las luces de su casa no se encendieron al caer la noche. Y, en medio del espeso ébano inmaterial, ahuyentaba fantasmas con su diminuta antorcha de esperanza.

Despertó bien entrada la mañana. Estirándose sobre la escalera donde había descansado, buscaba desperezarse cuando la angustia asaltó nuevamente su mente. Encendió uno de sus últimos cigarrillos, mientras bajaba a pasos agigantados. Se dirigió rápidamente a la ventana. Antes de poder echar un vistazo al exterior, tres golpes secos irrumpieron la tranquilidad de su refugio. Se detuvo en la base de la escalera, la cual estaba enfrentada a la puerta. Otros tres golpes surgieron de ella, apurando la decisión. Se acercó lentamente, tomó con firmeza la perilla, y con un movimiento abrió de par en par la puerta. Tan solo llegó a ver una alta y delgada figura negra, rematada en una calavera humana. Y desde donde debieran de estar sus ojos, surgía un fulgor, un ardiente y rojizo fulgor que se encendía y apagaba, como un respiro. Casi como el cigarrillo de Jones.
"Realmente debería dejar de fumar..."

martes, 20 de noviembre de 2007

In the Abyss

Ya se que me colge un poquito con el blog... sepan disculpar, queridos y contados lectores. Con algo de suerte actualizaré este pequeño sitio un poco más seguido. Hoy, un pequeño pseudo-poema:

En El Abismo

ojos negros, ventanas del alma
nunca ciegos, se abren al alba
de un viejo dia sin luz
los miro y vuelvo a mirar
intentando, prematuramente, cruzarlos
y saludar al ser detras de ellos
mi intencion es sincera
pero su tiempo no espera
aquellos ojos oscuros como la noche
como un pozo en el que no temo caer
como un hoyo hacia lugares lejanos
donde el reloj era solo un adorno
y no el amo y señor
cuanto quisiera lograr
lo que nadie ha logrado
aunque, lo oculto no se esconde por nada
mire nuevamente esos ojos
agujeros negros en el infinito de las almas
absorbiendo vida
un profundo abismo, donde nacian las dudas
y la desazon
y la tristeza
y la oscuridad, tan oscura como el brillo
de la cuenca de una calavera sonriente
aunque alguien lo lamente
salte, sin dudarlo, en aquellos ojos
me sumergi en sus profundidades
sin llevar snorkel, ni patas de rana
en poco tiempo, de su tiempo
perdi de vista mis manos
la oscuridad me rodeaba, me consumia
mis piernas, mi cuerpo, mi corazon
creia saberlo todo
pero el abismo me lo mostro
ahora, vaya ironia
los ojos negros los tengo yo


Dedicado a la pequeña Oluha.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Lost

Frustrado porque el sr. BLOGGER by GOOGLE (si, con nombre y apellido) me ha hecho desaparecer tanto el texto como la imagen de mi supuesto segundo posteo... me dispongo a hacer un tercero (bueno, me lo gane por hacer apologia del anti-capitalismo).

Hace una semana, aporximadamente, me pusieron internet en mi casa. Si, hermoso, acceso total, full-time a la mayor fuente de conocimiento humano. De haber tenido internet hace 1 año, me hubiera bajado montones de temas (si, ya se que no es legal). De haberla tenido hace 2 años, hubiese llenado mi disco duro de manga/anime. De haberla tenido hace 3 años, tendria gigas de ROMs de juegos de consola y emuladores...
Pero el destino le da pan al que no tiene dientes. Hoy en dia verdaderamente no hay nada en la vasta web que realmente me llame la atención como para dedicarme por completo, como si existia antes.

No es de extrañar, ya que en todo aspecto de mi vida estoy encontrando ese desgano. En el trabajo, en las amistades, en el amor... Quizas es algo temporal, quizas me estoy comportando como un niño caprichoso que quiere que los demas hagan esfuerzos sobrehumanos para impresionarle.

Que bella es la juventud, esa sensación de que todo es nuevo, de tener el futuro (un gran futuro) por delante. Realmente adoro esa inocencia, esa pureza en el espiritu.
Yo creo que a medida que uno crece va perdiendo esa luz en los ojos. La famosa "madurez" es verdaderamente la perdida de la inocencia, es abrazar la misma escencia de la oscuridad, la frialdad, pensar las cosas en frio ¿Para qué? ¿Buscando la eficiencia? ¿Acaso se es "Mejor"? ¿Mejor para que? ¿Para trabajar mejor, para producir mas, en resumen, para ganar mas plata? ¡Claro, como podria olvidarlo! ¡El dinero es el amo y señor! ¿Cuál es el verdadero objetivo en la vida? ¿Qué puede realmente importar?

Quisiera creer que los humanos perseguimos la felicidad. Que cada uno tenga su version de ella, eso es otro tema.

domingo, 2 de septiembre de 2007

Hello world

Hola a aquel agraciado lector que vea estas primeras palabras. Bienvenido a mi Notebook, un pequeño intento de sumarme a la moda y hacerme un blog propio.

Si bien ya he hecho otros fotologs, eran con amigos y ya teniamos una tematica. Ya que este trata sobre mi, no se para que lado va a disparar... disculpas por adelantado de la falta de tematica del blog, ya que seguro oscile sin sentido entre textos mios, criticas de peliculas, comentarios de juegos y mensajes semi-personales...

Para inagurar... un cuento corto (de hecho, mi primer cuento corto) que hice especialmente para postearlo aqui. Supuestamente, iba a tener ilustraciones y todo, pero bueh...


"El Diablo También Lee Clarin (*1)"


Yo trabajaba de repartidor de diarios. Si bien era un trabajo realmente simple y bien pago, tenia sus contrapartidas. Debía levantarme los fines de semana a las 5:30 de la mañana, lo cual era bastante molesto, ya que como cualquier adolecente, salia a bailar. Y como cualquier adolecente que sale a bailar, tomaba. Ese día en particular había tomado algo de más, así que mientras iba de edificio en edificio colocando diarios debajo de puertas, tenía que disimular mi irregular caminar y el mareo no ayudaba. Eran las 6:10, y todavia faltaba mucho para terminar, asi que me detuve un momento, sacudí mi cabeza y continué mi camino. Hasta llegar a ese edificio ubicado en una esquina de Caseros. Un edificio que, aunque dejaba notar su edad por su estilo anticuado, estaba en muy buen estado. No sin dificultad encontré la llave correspondiente, entré y llamé al ascensor, ubicado en un pasillo frente a la puerta de entrada. Toqué el botón para ir al sexto piso y mientras la maquinaria me elevava, cerré los ojos e incliné mi cabeza hacia arriba. El sueño me ganó por unos segundos, pero (¿por suerte?) el súbito frenar del ascensor me despertó. Quería terminar lo antes posible con el reparto, así que abrí la puerta y me dirigí hacia la derecha, a entregar el clarin que me correspondía en ese edificio, al departamento 6. No se por qué razón, pero vinieron a mi mente las historias que había oído acerca de ese departamento, como que nunca habian visto quién era la persona que allí vivía. Nadie sabía con certeza si era hombre o mujer, joven o viejo, aunque debiera de ser esto último, ya que era cliente del puesto de diarios donde trabajaba desde hacía más de 14 años. Lo único que sabiamos era que pedía el diario Clarin todos los días, y dejaba la paga semanalmente en un sobre cerrado, el cual estaba fielmente todos los domingos debajo de la puerta. También, extrañamente recordé, era bizarro el hecho de que no vivia nadie más en ese piso. Desechando todos esos incipientes datos, tomé un Clarín y me acerqué a la puerta del departamento misterioso. Lo que vi me quitó completamente el sueño. La puerta del sexto 6 estaba apenas abierta, y un hilo de luz se dejaba ver desde dentro. Tragué saliva. No entedía por qué me encontraba tan emocionado de ver a aquella puerta destrabada, esperando a ser traspasada para revelar todos los secretos que se encontraban detras de ella, pero aún así no pude contener mi curiosidad. Con mucha cautela, me asomé a la puerta y la abrí un poco para observar aquel oculto escenario. Ya tenía mi excusa preparada. Con inusitada velocidad para mi estado, logré hilvanar una respuesta por si me encontraban "in fragantti": ya que vi luz dentro, pensé que el señor/a estaba despierto y venía a dejarle el diario. Infalible. Mientras esas palabras recorrían mi mente, abrí aquella puerta de los secretos, pero lo que había detras me dejó mucho más intrigado. Cruzando la entrada, se hallaba una sala de estar que uno esperaría encontrar en cualquier casa. La mesa grande y redonda de las comidas, el suelo de parqué, la estantería con adornos, fotos y souvenires de viajes pasados, la mesa ratona con ceniceros. Todo iluminado sombríamente con velas. Recordé rápidamente, había subido por el ascensor, no podía tratarse de que había un corte de luz. Avanzé unos pasos en ese cuarto desconocido, buscando ávidamente a su desconocido habitante, para revelar el gran misterio que se cernía sobre ese departamento (nunca logré entender que hechizo nubló mi mente en esos momentos, que agigantaba la situación y consumía mi espiritu con una duda terrible). A la izquierda de la sala de estar, la cual no tenía focos de luz ni ventanas, se encontraba un pasillo largo y oscuro, en cuyo final se veía la luz titilante de una vela, que revelaba la entrada un cuarto cercano. Me adentré en la oscuridad sin temor, poseído por una absurda determinación a ver a esa persona que tanta intriga me daba. Recién después de unos segundos que se me hacían interminables, llegué al final del pasillo. Cuando me disponía a entrar a ese cuarto aledaño, noté un olor extraño en el aire. La adrenalina comenzó a correr por mis venas. Era olor a sangre. Haciendo caso omiso a ese aroma, entré en ese cuarto tenuemente iluminado por las velas. A los pocos pasos noté la humedad en el suelo, que formaba una surreal capa reflejante bajo mis pies. No queria saber si aquel líquido era verdaderamente lo que parecía, o solo era el rojizo reflejo de las velas. Tardé unos segundos en que mis ojos se acostumbraran a la penumbra reinante, casi paralizado del miedo. Pronto, noté una forma moviendose a unos metros delante mio, profundo en aquel cuarto pesadillezco. Era un humanoide, deforme, musculoso y gigante. Se encontraba de espaldas a mi, y aun estando agazapado como estaba, media más de 2 metros. Aquella forma grotesca se retorcía extrañamente, como trabajando en algo. Por alguna desconocida razón, estiré mi cabeza hacia un costado, para observar lo que estaba haciendo. Delante del aquel ser abominable, había una camilla parecida a la de los hospitales, cubierta de sangre, la cual se derramaba al suelo y sobre esta se hallaban partes humanas descuartizadas. Los restos de un brazo, un torso y una cabeza totalmente destruída, con la piel desgarrada mostrando partes de un cráneo mutilado. El terror se apoderó de mi, paralizandome por completo. El diario que llevaba en mi mano derecha resbaló de mis dedos, sin que pudiera hacer nada para detenerlo. Pero, repentinamente, un elástico brazo rematado en una mano con garras se extendió desde aquel grotesco ente y tomó el Clarin antes de que tocara el suelo. Ya sabía que yo estaba allí. Retrajo su brazo hasta el, y colocó el diario en una mesita cercana, de cuya existencia no me había percatado. Y lo que me dijo después es la razón por la que ese departamento se grabó a fuego en mi mente. Me dijo: "Muchas gracias. Nos vemos pronto".
*1: por si no son de Argentina, Clarin es un periodico de salida diaria muy popular.