martes, 31 de diciembre de 2013

House

Me acuerdo
de una mesa de madera,
leche chocolatada,
tres pajaros enjaulados,
la televisión en la esquina
murmurando,
libros invisibles,
la ventana vertical
que enseñaba las tripas
del edificio,
el colchón escondido,
luz amarilla,
dos lápices negros
dibujando un aeropuerto
en un universo paralelo,
una llama
que mantiene el calor
en invierno.

jueves, 31 de octubre de 2013

Green

Un grillo
llora junto a la boca del subte
ruido arriba, ruido abajo

grillos más grandes
con ruedas y motores
ahogan su llanto inutil

es el último grillo
junto al río de asfalto
bajo las ramas de cobre

toda su raza
reemplazada por otros
más salvajes, menos sensibles

llora a intervalos
por un amor
que jamás existió

al menos sirvió
para que el verde espeso
llenara mi cabeza.

sábado, 26 de octubre de 2013

Simple

En la casa
en el rincón menos mirado
nace un capullo

se retrasa
aun siendo necesitado
un murmullo

las miradas
escapan de la vista aguda
del espejo

enhebradas
se despiden seguras
del mundo viejo.

martes, 16 de julio de 2013

Eye


mientras más se abre
más desaparece
en la lluvia de arena
que golpea su vientre

cada rayo
atrapado en sus aguas
ensancha la capa
que lo divide del mundo

el ojo no puede verse a si mismo
tan concentrado en devorar el afuera
la luz se curva en su iris
se funde en el bosque de espigas

nada se produce dentro
y ya nada queda afuera
vibraciones de luz, solo silencio
el ojo lleno, de vana alegría.

jueves, 30 de mayo de 2013

Angler

Angler (Anzuelo)

Hace mucho que no nos vemos ¿Te acordás de mí? (silencio) Me gustas. Mucho. No me mires con esa cara de sorpresa, ya lo sabías. Hace rato que te estoy siguiendo... desde la primaria. El primer día, la maestra nos preguntó cual era nuestro animal favorito, y respondiste “El pez anzuelo”. En ese momento, pensé: “qué animal feo. Con esos ojos, los dientes así, y la lamparita en la cara”. No entendía qué te gustaba de ese bicho. Así que te empecé a mirar. Quería saber qué pasaba por esa cabecita. Y en algún momento lo entendí. El pez anzuelo es un pescadito que nada en las profundidades. Va todo el tiempo solo, en el oscuro inmenso, con su lamparita. Vos también estabas muy solo.

En los recreos, todos salían al patio, menos yo. Prefería quedarme dibujando. La maestra apagaba la luz del aula, así que yo tenía una linterna para poder ver. Un día, no se por qué, te mandaron a vos a apagar las luces. Apretaste el botón y quedó todo a oscuras. Te vi parado en la puerta, con la luz de afuera pegándote en la cara. Era mi oportunidad. Te hice señas con la linterna. Me miraste, y te reíste. No lo podía creer. Por primera vez, hablamos todo el recreo, en el aula a oscuras, iluminados por la linterna. Me senté en el banco de la maestra porque me llevabas unos cuantos centímetros. Igual que ahora, jaja. Entonces eras tan grandote y tan chiquito, pescadito. Hablabas un montón y movías las manos así. Estabas nervioso. Yo estaba más nerviosa que vos. Nunca me habías mirado tanto, y tan cerca. (silencio) Te abracé fuerte, fuerte, porque tenía miedo de que eso no fuera real. Te dejé callado, y escuchaba tu respiración fuerte, como un pececito fuera del agua. Y levanté la cara para mirarte, y me besaste. (silencio) Un beso así... no es para cualquiera. Tus labios rozando, solo pasando por encima de mi boca, como un caracol. Pensé que iba a morir de felicidad. Pero... saliste corriendo. Que tonto que sos. Me dejaste llorando sola, a oscuras. (silencio) Pero lo peor fue que no me volviste a hablar más.

Entonces... no sabía que hacer. Cada vez que te miraba, sentía kilómetros de agua aplastándome el pecho. Pescadito, no te podía hablar. Ni te acordabas. Nada tenía sentido ya, ¿por qué iba a pensar que algo valía la pena si lo único que quería era estar con vos y ni siquiera te acordabas de mi? Por eso me tiré de la ventana del aula. De eso seguro te acordás. Que tuvieron que mover todo el curso a planta baja. Que te cargaron durante meses por mi culpa. Yo también me acuerdo. ¿Querés que te muestre mi souvenir? (se toma la remera, como para sacársela, pero no hace nada. Silencio) Me angustiaba esperando que te acordaras de mi, que me volvieras a mirar arriba de un banco. Que te pudiera dibujar pescaditos en el cuaderno, casi sin que me notes. Lloré mucho, pero... entonces me di cuenta que eso era lo mejor. Que todo sea “natural”, a la antigua. Que te deje avanzar de a poco, cada día un pasito más cerca. Primero, miradas, sin hablar. Un día cruzar palabras. Decirnos frases inocentes. Tocarnos por accidente las manos cuando me pedís una hoja. Pequeños resplandores. Toda la secundaria. Hasta que una noche, que no parezca especial, en la fiesta de un amigo en común, el cansancio y el alcohol nos dejen de repente solos y transparentes, mirándonos en silencio, en la penumbra... diez, quince segundos. Vas a querer hablar y decir y contar, y yo también, y los dos muy colorados vamos a esperar a que el otro de el primer paso... para devolverte el beso. Pero no. Tuviste que cagarlo todo.

Empezaste a darle bola a Mariana. La mirabas en los recreos. La acompañabas a la casa y a entrenar. Tomaban de la misma botellita de agua. La escuchabas, y ella te tocaba el hombro cuando te hablaba. ¿Tan solo te sentías? Para andar con una tarada, que encima no era linda, mala onda, insufrible, un pelo horrible, olor a pescado, no era linda. Le iba mal en matemática. No sabía cocinar. Una pelotuda. Era fea. No te quería. ¿Qué tenías que hacer en su casa? Te obligó, yo lo se. Inventó alguna pelotudez la muy puta para alejarte de mi, arruinando nuestra relación a la antigua. No iba a permitir que nadie nos molestara, así que la saqué del medio. Cianuro de Potasio. Un gramo, mezclado en la botellita. En un minuto perdió la conciencia. En una hora... no te preocupes, no nos va a molestar más. No tengas miedo, no te voy a hacer nada malo. Solo hay que desprenderse de lo que sobra. Vos también te portaste muy mal, pescadito. Así que ahora vamos a jugar con mis reglas.

El pez anzuelo vive en el fondo del mar. Es un pescadito solitario, que nada en la oscuridad, con su lamparita. Es tan difícil encontrar a otro de su especie, que cuando un macho y una hembra se encuentran, el macho la muerde en un costado, y se funde con la piel de la hembra. Él se desprende de sus aletas, su cola, sus ojos, todo lo que sobra, y de ahí en más el macho vive pegado a la hembra, dependiendo completamente de ella.

Estaba pensando... ahora, que ya somos grandes... ¿No sería hermoso que viviéramos juntos? Unidos. No te va a faltar nada, pescadito. Yo te voy a cuidar en todo momento. Te voy a preparar la comida, bañarte, vestirte, llevarte a dormir. No vas a estar más solo, pescadito. Vamos a estar juntos.

Ah, no te dije. Estoy estudiando medicina. Cirugía. ¿Sabés cual es mi especialización? Las amputaciones.

viernes, 10 de mayo de 2013

Tiles

Pensabamos
que era el mejor momento para escapar
solo mover un poco los pies
suelas temblando contra el piso
y las baldosas se abrirían a nuestros pies.

Las baldosas se abrieron
y debajo

no nos esperaba la tierra.

domingo, 14 de abril de 2013

Flame

Hay algo
entre las llamas de tus ojos
que incita a la bestia

no le tiene miedo
a la luz en la oscuridad

hace tiempo que la luna
le permitió andar de noche
entre los claros
de nubes
de bosques

hay algo
que deja un rastro
anaranjado y brillante

que cae del volcán de la luna
envuelta
oscilante

la bestia huele el rastro
amarrada al pasto seco
dientes de leche
blancos de seguir
de seguir cansados

hay algo
caminando bajo las raices
del bosque polvoriento

una llama abierta
buscando quien la beba

a lo lejos, en un reflejo
una bestia besa la luna
que llora la miel
sobre las estrellas

lunes, 11 de febrero de 2013

Not Dead

"Yo no estoy muerto"
Vuelve a repetir el hombre frente a la ventanilla translucida. Ve que la sombra, la cual se asemejaba ligeramente a la silueta de un ser humano, se mueve despacio, como acercandose al vidrio; quizás, queriendo escuchar mejor. Pero lo único que se escucha es el mismo soplo distorsionado que viene repitiendose desde el primer momento. El hombre vuelve a insistir, y la ventanilla le responde de la misma manera. Levanta la mano y apoya un dedo sobre el vidrio frío, que esconde a la persona del otro lado. Al menos, tendría que ser una persona. ¿Habrá alguien del otro lado? Hace tanto tiempo que el hombre está mirando que confunde su vago reflejo con la sombre a través de la ventanilla. A veces golpea el vidrio con fuerza, pero un eco apagado le quita las ganas de seguir. Luego insiste, insiste ilógicamente con su demanda, su pedido, su declaración, su vergüenza, su vano parlamento. Alguien lo está escuchando, esa sombra, dios u hombre, sea quien sea, lo escucha, no se va. Le estará pidiendo que hable más fuerte, le estará dando direcciones. El espesor del vidrio no le permite escuchar nada, solo un murmullo de estática, un pasto suave donde los signos y significados se hunden en la nada. Entonces la garganta del hombre ataca otra vez, toma aire, vibra de la forma adecuada para que las cuatro palabras reboten en las paredes de su boca y envien el mensaje que (el hombre está seguro) los oidos del otro lado del vidrio deberán escuchar. Tienen que escuhar. Pueden escuchar. Espera, un medio segundo de silencio, de vacío, en el que el cerebro pasa de enviar a recibir, una sed de comunicación que se despliega tranquila en cada nervio del cuerpo mientras espera, espera el llamado, el mensaje, la palabra que lo libere, que lo llene de seguridad, es que no está muerto. Un muerto no habla, no escucha. Un muerto no tiene sed. Un muerto no sufre. Pero el hombre no lo sabe. Detrás del vidrio, del otro lado de la ventanilla está la verdad. Y declama, grita, sangran las cuatro palabras de sus labios, en eterno renacer.
Una vibración ininteligible, su única respuesta.

Del otro lado del vidrio, otro hombre, con otra historia a sus espaldas, habla despacio contra el vidrió, como rezando, o suplicando, un pequeño mantra.
"Yo no estoy muerto"

jueves, 3 de enero de 2013

Vertical

...then the doll doesn't want to dance
while strings get tight on it's neck
don't you want to move? why?
is the sharp ending giving you fear?
are your tired fingers drown by a tear?
is there a vulture sweating on your meals?
are the stars beaming through your skin?
is the blood on your head swiming
across the fields?

don't move, little one
surely a mask will find your place
on a crystal stand
and save your grains of sand
from the wind