jueves, 21 de septiembre de 2017

Rain

Tal vez
uno de estos días
mis palabras consigan
el peso suficiente
para caer desde esa nube
en la que dormitan

me gustaria
que esa lluvia
tiña las hojas
de los árboles

es dificil
que lo hagan
he visto tantas tormentas
la misma que azota la ventana
soplar sin mover una rama

la tierra bebe esa tinta
que se abre de los cielos
y la entrega, borrosa
a las raices sedientas

es el sol el que permite
que esos vocablos, sílabas
letras perezosas
se desarmen
temerosas de la dureza
de su luz

los retoños se hinchan
de esas ideas vagas
convirtiendose en fruta
y la fértil semilla
que se esconde dentro

la semilla
que guarda recelosa
todas las palabras.

jueves, 7 de septiembre de 2017

Caltrop

Hoy vi
un foco de luz
estallado
en medio de la vereda
pequeñas
puntas de vidrio
me miran
filosas
casi invisibles
esperaban
no se bien a qué
a quién

me pregunto
cuanto tiempo
más
podrán esperar
ante el viento y el polvo
antes de que la inercia
de la ciudad
las termine de absorber
y de ellas quede
solo un recuerdo vago
hilado en una serie de palabras
carentes
de su ardor.

lunes, 3 de julio de 2017

Window

Esos rayos de luz son terribles
agujas de fuego que clavan la vista
el calor escalda, pero no molesta
lo punzante no es
sobre la superficie de la piel
sino el matiz de la luz, el tono
la variedad de colores con la que se expresa
en nuestro horizonte
ese alud de impresiones
fotogramas con audio desfazado
hay quienes tan alegres
los agitan en el aire
flameando ante el cielo
ondas prismáticas
que llegan desde afuera
cuando se abre la ventana.

Me recuerdan, levemente,
a otra animación
en otra vida
tanto más estática
la imagen de un tren
proyectada en la tela
que se viene acercando
hacia aquí.

No se si había una ventana entonces
no creo que importe
porque la luz de la ventana
tiene la misma falsedad
del tren que no llegó
hasta aquí.

sábado, 13 de mayo de 2017

Circle

En la cima de la montaña más alta, hay un templo. Una torre de cinco pisos corona el templo. Sobre el último piso de la torre, hay una serie de plataformas, una sobre la otra, con un pequeño resquicio para sentarse y otro para apoyar un pergamino. En esas plataformas, sobre esa torre, sobre ese templo, sobre esa montaña, se juntan los sabios. Escriben sentados en sus resquicios, dibujando letras con tinta sobre sus papeles. Escriben incansablemente historias, buscando delimitar la verdad. Se acercan de a poco, con cada nueva hoja, cada nueva frase, cada nueva palabra, van bordeando la certeza, acorralando la realidad que hay más allá de sus ojos, del velo de sus sentidos. Dicen los habitantes de la montaña, repiten las paredes del templo, reiteran los grabados de la torre, que cuando una historia llegue a la verdad, bajará una mano divina de entre los cielos y tomará con sus dedos la cabeza calva del sabio, aunque esto lo interrumpa mientras está terminando una hoja, una frase, una palabra, y lo elevará a la corte divina, sumando su escrito al interminable relato de la realidad que existe perenne, más allá del vaho de los sentidos. Durante la elevación, el resto de los sabios podrá escuchar la voz del supremo, proclamando con dureza y ternura, el relato del iluminado, sin olvidar ni una hoja, ni una frase, ni una

sábado, 11 de febrero de 2017

Bubble

Azul oscuro
lo que aprieta en la cabeza
no se distingue
la luz de la superficie
en medio del océano

empuja el pecho hacia adentro
como si fuera inexistente
como si las costillas
fueran gelatina
sin sabor

la sal inunda los ojos
sin perder su dulzor
bebible, comestible
en el desierto donde
nada de peces
de pescados
nada de nada

los brazos se mueven
menos por la conciencia
que por las corrientes marinas
que simulan ser
los deseos que fluyen
bajo los párpados

y allí a lo lejos
parece aparecer
brillante de reflejos
una burbuja, redonda
llena de vida
con la refrescante sequedad
del aire

uno se acerca, desesperado
arrastrándose entre mareas
en la inmensidad monocromática
que aplasta los tímpanos
que marca la garganta
con dedos gigantes

resplandece la burbuja
entre las manos
no para someterse a nuestro aliento
no para dejarnos respirar
un segundo

ella solo estalla
se desvanece en partículas
invisibles, inperceptibles
inútiles
y el peso imposible en la espalda
se vuelve más pesado
se cierran los ojos
sin dejar de inflamarse
del azul oscuro.