domingo, 15 de noviembre de 2009

Screen

Sus dedos se deslizan rapido sobre el teclado, aturdiendo a las moscas con su irregular y desgastado sonido. Corren desde las consonantes a las vocales, y de vuelta a las primeras. Corren como huyendo de un predador. Lineas de negros simbolos surcan la pantalla, unica fuente de luz en aquel pequeño cuarto en tinieblas. Ni el golpeteo de las teclas tiene espacio para respirar en aquel encierro. Un gemido ahogado, la sal que salpica el teclado, quien escribe se quiebra en el lugar, agachando la cabeza. Le cuesta respirar aquel aire viciado de miedo. Sus ojos desorbitados recorren lo escrito, tomando carrera para volver a la fuga. La oscuridad es espesa como el aceite, e impregna con su sutileza todo el cuarto. El monitor es solo una pequeña antorcha en la más inmensa cueva, una cerilla encendida a la boca del dragón. Cada letra va oscureciendola lentamente, particula por particula. El blanco es gris, el gris es negro. No comprende que aquella oscuridad es su unica salida, inutil pelear. No hay ninguna victoria capaz contra ella. Las garras de la negrura se abalanzan sobre sus manos, interrumpiendo la escritura. Letras complices del terror, la narración no ayudará a nadie, pero mitigan su dolor. ¿Acaso mil páginas de "AYUDAME" pueden querer decir otra cosa?

1 comentario:

Josse dijo...

Hay que recopilar, editar , vender y despues tomar un shampoocito en el mediterraneo.Muy buena escritura Fabro.