domingo, 22 de abril de 2012

Inside

No hace falta ir tan lejos para encontrarla
ni saltar por los vidrios de la ventana
ni alejarse más de dos pasos hacia allá
escondido tras la mano izquierda
un cuadro tan preciso
un plato transparente y vacío
con un tenedor casi destrozado
apuntando al cielo
en su dulzor metálico
claramente reflejada
la tristeza del niño blanco.

Route

Un auto camina concentrado por la ruta. El conductor no lo sabe, pero el motor conoce el esquema de su vida. Sabe que en dos minutos dejará de moverse para siempre. El vidrio automático de la puerta derecha sabe que en noventa y seis segundos se astillará y se convertirá en lágrimas. Los neumáticos conocen el enigmático símbolo que dibujarán 24 metros más adelante, que continuará en el pasto fresco, volará sobre una cerca y terminará donde una vaca pastará pasado mañana. Los tres lo saben, y sin embargo deciden continuar. Aunque el camino frente a ellos solo los lleve a la muerte, no dudan ni un segundo en avanzar, a toda velocidad. Y si dudan, no lo demuestran.
¿Qué culpa puede tener la piedra que vuela hacia la cabeza del conductor, si el motor no decidió parar, el vidrio eligió romperse, los neumáticos no dejaron de girar? la piedra solo volaba dentro de su prevista trayectoria oblicua, desde la mano de una chica hasta el arbusto del otro lado de la ruta. El conductor no lo sabía, ni la chica, ni la piedra. ¿Por qué juzgarlos, en su debacle mortal, cuando el conciente vehículo arremete decidido sobre su destino? ¿Cómo considerarlos culpables, solo porque la mano prefirió lanzar la piedra, el aire optó por no detenerla?

Un cadáver se pudre, solo en la ruta. Su carne al sol es el único juicio visible de un dios que teme decidir.

jueves, 19 de abril de 2012

Outside

Será que nunca se está suficientemente afuera

encerrado en una mirada
que miente de maneras tan acolchonadas
es fácil dejar de pensar
olvidar que el cielo no es gris
dejar viajar a los globos mensajeros
que gotean del edificio más alto
¿acaso las palabras no están
en la búsqueda de un refugio?
una casa de piedra en la orilla
donde puedan desvestirse
y descansar en paz
o quizás volarse los sesos
o tocar el piano
o pintar con sus cuerpos desnudos
los paisajes que otros ojos
con otros mensajes
olvidarán.

Algo cae del cielo
pero solo la lengua lo siente
guardando pétalos entre las grietas
tiembla, se encoje, lo sabe
pero el aire es filoso como daga
la carne blanda teme que su espejo
estalle en lanzas.

domingo, 15 de abril de 2012

Stream

Una efigie de piedra se planta en tu pantalla, ¿Serás capas de vencerlo? las marcas de mil dedos estrellados le adornan la frente y su sangre baña las mejillas como agua de mar. Impávida, mira las nubes pasar, visitarla y seguir su marcha. Hay solo un ojo en la efigie, el otro siempre esta oculto, mirando estrellas de mar temerosas de ser partidas por sus vértices. Aunque conviven con sus brazos tentaculares entre todos los demás mariscos deliciosos, mantienen su boca oculta. Jamás palabras saladas tienen que escapar. Tendrán miedo de que se cristalicen al tocar un aire ácido que expele sensaciones, que parece invisible pero se toca, y empuja, y concentra. Mueve espaldas e hilos, teje entre sus bandas elásticas un entramado violáceo que solo ciega criaturas sin ojos, siega probosis alimentarias, u oculares, u olfativas, u olvidables. tan quieto se queda el núcleo pensante sin las cadenas que lo atan a las piedras voladoras, raudas y rasantes, cazadores de peces en el exilio del desierto, bosqueando, bordeando los aromas del azúcar encadenado en hebras, cayendo como baba de lenguas de sabios ornamentados de azul fino, lápiz de cielo, del aguado vino. saltando entre piedras, cedras de ojos penetrantes clavan sus lanzas en los tobillos, inmovilizando el insecto para asimismo estudiarlo, despedazando sus engranajes, desengrasando su uniones, un esquema de la perfección en forma de tiempo de reacción, con cada sólida unidad nada mas sólida por la incapacidad de unir, que es lo que lleva al llanto, el miedo a la incapacidad, el extraño átomo que bloquea lo mas elemental, y al que hay que dividir y dividir y dividir para entender que finalmente el silencio es sólido, y no lo pueden atravesar tus flechas de vidrio prismático. Donde las grietas se refugian como semillas entre plumas, buscando el oasis en el desierto dentro del cual llover en palabras tan bobas, tan inútiles, que nadie leerá y solo servirán de cortina para esconder el verdadero fin que esconde la piedra. Sos una mierda. No me molesta esconderme a plena vista. Cubrirme en un manto de invisible sexo, una vagina aduladora a la que él siempre quiere volver. A diferencia de ella, que solo desea florecer en miles de pústulas de polen polvoriento. Florecer en cada rendija, húmeda o vacía. Llenar la plaza de cadáveres cínicos hambrientos de su propia muerte, embebidos en el jarabe bílico de sus entrañas, tan sabrosas que no pueden dejar de regurgitarlas. Bailando entre los cables carentes de vida en composición irregular, pero repetitiva de dentelladas de preocupación. Cómo me vera mi madre ante la danza caníbal, que se devora a si misma para volverse dios. Entregando la sal al niño del que solo se conoce su corona.

jueves, 5 de abril de 2012

Surprise

Tarea N°4 del taller de dramaturgia. Monólogo de 300 palabas, trabajando sobre la voz del personaje y los distintos tipos de conflicto.


Ariel
: (entra corriendo al aula en ruinas, riendo. Se acerca al banco del profesor y con la linterna comienza a hacer señas, llamando a su acompañante, quien, al entrar, le hace señas para que baje la voz) ¡Sorpresa! ¿A que no te lo esperabas, verdad? Yo me acuerdo de todo, ya deberías saberlo. Esto quería mostrarte. ¿Viste? Toda el aula está casi igual, solo un poquito descuidada, con un poquito de polvo. Bueno, un poco mucho. Pero igual es de las aulas que mejor quedaron ¿No? ¿Y, qué me decís? (silencio) Bueno, pensé que te iba a alegrar más. Pero veo que… Nada, no me hagas caso ¿Sabés qué? Un día, en un recreo, vi a una nena y a un nene solos en esta aula. La nena estaba sentadadita sobre este mismo banco, tan chiquita que los pies le colgaban. El nene era bastante más alto, aunque después no creció mucho. ¿Qué? ¿Por qué me mirás así? Resulta que los nenes estaban conversando como en secreto. Yo miraba a escondidas desde la entrada, así que no se muy bien que estaban diciendo. El nene hablaba mucho, movía las manos así y miraba a los costados, como si pispeara por donde podía escapar. La nena… no le veía la cara, porque estaba de espaldas a la puerta. Le agarraba los brazos y trataba de calmarlo. Creo que quería decirle algo, ¡pero el pobre nene no la entendía! Y al ver que no podía convencerlo, lo abrazó. Y me supongo que el nene sintió algo, porque también la abrazó. Parecía que se dormía abrazándolo. Pero entonces se atrevió a hacer algo que nunca había hecho antes. Lo besó. Y era la primera vez que besaba a alguien. Solo apoyó sus labios contra los de él, con la cara muy roja y apretándolo fuerte. El nene se soltó enseguida y salió corriendo. ¿Lo podés creer? Esa nena quedó con el corazón destrozado después de eso. E incluso hasta el día de hoy, no puede perdonarlo. ¿No te parece un poco injusto?