Crime and Punishment
Crimen y Castigo
Era nuestra despedida. Cinco largos años en la secundaria llegaban a su fin. Para festejar nuestra graduación, hicimos una fiesta en la casa de ella, aprovechando que sus padres nos la prestaban. Intencionadamente, tome poco para poder pasar la noche consciente, reteniendo todas esas imágenes en mi retina. Las sensaciones que me producían todos ellos, la agradable atmósfera que generábamos juntos, todas cosas que seguramente se perderían en el vacío ruidoso de la rutina que nos esperaba. También intencionadamente, elegí ser el último en retirarse, para estirar mi despedida de ella. Solos, en un rincón del desordenado salón, nos miramos en silencio. Sus ojos, siempre cautivantes, estaban enrojecidos por el alcohol y la tristeza. La abracé con fuerza, mi mano acariciando su rubio cabello. Gimió mientras me abrazó, hasta quedarse profundamente dormida. Dejé suavemente su cuerpo sobre la alfombra, contemplando su pequeño cuerpo, inconsciente, enfundado en su corto vestido turquesa. Miré su roja boca, exquisita de deseo, sintiendo que el alcohol también empezaba a afectarme. Acaricié su rostro, fino y moreno, mientras algún pensamiento lujurioso recorría mi cabeza. 'No hay nadie', me repetía el pequeño duendecillo. Pasé mi mano por su cintura, exagerando la demora hasta llegar a sus senos. Sentí cada arruga de su tela recorrer mis dedos, la fibrosidad del vestido, los nudos de sus costuras, la dureza de sus costillas bajo su piel. Un pequeño click me despertó del ensueño. Un hombre, de unos 30 años, estaba apuntándome con un arma. Un tenso sudor frió empapo de inmediato mi frente. "Soltala", me ordenó el hombre. Alejándome lentamente, pensé en atacar al asaltante. Su dura mirada detuvo mis pensamientos. Su áspera voz sonó de nuevo. "No voy a permitir que violes a mi madre, y me obligues a vivir una vida de mierda". Un certero disparo hizo efectiva su sentencia al atravesar mi cabeza. 'Castigado antes de cometer el pecado', fue el último pensamiento que tuve.
2 comentarios:
el que merece un castigo soy yo por usurpar tan inpunemente el titulo de una gran obra, y desperdiciarlo en este cuento.
noooo... eso lo escribiste vos?
jjajajaj, me vengo. vos pasaste por el mio, ahora yo espío tu blog!!
Publicar un comentario