lunes, 3 de octubre de 2011

Words

Tenemos siete minutos
y solo sabemos quejarnos
las palabras se nos vienen encima
corren en los pasillos, rompiendo los cuadros
apuran el paso al llegar a la puerta del trono
jocosas, borrachas, con lanzas puntiagudas
quieren cruzar la última puerta que las separa
del festín de miel que cae de la luna
pero imposible cruzar el umbral
teniendo en la mano sus armas
palos muy largos para dañar más lejos
ahora impiden llegar a la meta
ninguna de ellas se atreve a quedar indefensa
y regalar su espalda al acero de sus hermanas
amorosas rivales que no dudarán
en regalar una muerte veloz
a quien crean equivocado
tres minutos, y la puerta se cierra
llueven los fierros desde la entrada
la luz tenue rebota en ellos
y cae dolorosa al suelo
pastizal de rayos que encuadra
el cuarto vacío para la reina
que duerme entre las armas

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